El poder de la influencia

Las mujeres fuimos dotadas con la virtud de la influencia, podemos hacerlo para bien o para mal y aunque originalmente este don fue para bien, alguien muy astuto supo cómo influir para que tuviéramos la opción de usarla para mal.

Eva fue creada en un ambiente perfecto, Dios la guiaba, conocía su voz y para ese tiempo también las pocas leyes que regían el paraíso. Eva tenía la influencia de su creador, pero un día empezó a escuchar una voz diferente y le gustó lo que le decía:

La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer:

—¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?—Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán.”

Pero la serpiente le dijo a la mujer:

—¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que, cuando coman de ese árbol, se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.

Génesis 3:1-5

A partir de ese día todo cambió para la humanidad. Hoy la mujer tiene la opción de elegir qué voz escuchar; la Palabra de Dios o lo que el mundo dice. Dios siempre nos pone límites y leyes muy claras, no hay términos medios, es obediencia total; en cambio, “la voz del mundo es tan agradable y tan prometedora, no hay límites, todo se centra en nosotras y nos da tanta libertad”.

Puedo imaginar a la serpiente susurrando al oído de Eva, seduciéndola y manipulándola para que vieras las cosas diferente a como Dios quería que las viera.

¡Wao! Libertad, poder, ¡Ser como Dios!

Pero qué poco le duró el gusto a Eva, jamás vio la promesa de esa voz tan seductora y tan mentirosa.

Entonces el SEÑOR Dios dijo a la mujer: "¿Qué es esto que has hecho?" "La serpiente me engañó, y yo comí," respondió la mujer. Génesis 3:13

Lo que después tuvo que enfrentar Eva, lo tuvo que hacer sola; la serpiente desapareció dejándola en un gran lío.

Y en ese mismo lío nos metemos siempre por no oír la voz de Dios, muchas ni siquiera la conocen, ¡jamás la han escuchado!

Quien nos dirige determina nuestro destino, es una gran verdad.

¿Cómo podemos saber si somos dirigidas correctamente?

Por sus frutos los conocerán.

Mateo 7:20 (NVD)

Una mujer es la que más influencia puede tener sobre otra mujer, por eso debemos ser sabias para dejarnos dirigir.

-Si quieres un matrimonio estable, busca quien te aconseje de cómo ha logrado que su matrimonio sea estable.

-Si quieres educar bien a tus hijos, busca a esa mujer que tiene hijos felices, que son responsables y logran sus metas, seguramente querrá compartirte cómo le hizo.

-Busca mujeres que conocen la Palabra de Dios y la ponen por obra en su vida, ¡Observa sus frutos!

Y lo más importante lee, escucha, medita, memoriza y practica esa Palabra para que seas una mujer que se deja influenciar por ese mismo poder que levantó a Jesús de la tumba donde tal vez está tu matrimonio, tus hijos y tu vida misma.

Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe vivir.

2 Timoteo 3:16 (TLA)

Que nadie los engañe con argumentaciones vanas, porque por esto viene el castigo de Dios sobre los que viven en la desobediencia.

Efesios 5:6 (NVD)

Tú también eres de mucha influencia y también determinarás el destinos de otros.

Ten cuidado de tu conducta y de tu enseñanza. Persevera en todo ello, porque así te salvarás a ti mismo y a los que te escuchen.

1 Timoteo 4:16

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